Llevo varias semanas buscando información sobre un tema que acabo de descubrir y me he quedado asombrado, es curioso cómo no reparamos en algo tan importante como es la insulina en el cuerpo.
Voy a intentar explicar lo más sencillamente posible cómo funciona la insulina en nuestro organismo, la importancia que tiene en los alimentos y su índice glucémico, todo ello – claro está – dentro del ámbito deportivo ;).
Según la UNED “La glucosa es el combustible primario para todos los tejidos del cuerpo. El cerebro usa en torno al 25% de la glucosa total. Sin embargo, debido a que el cerebro almacena muy poca glucosa, siempre tiene que haber un abastecimiento constante y controlado de glucosa disponible en la corriente sanguínea. El objetivo es mantener al cerebro funcionando adecuadamente. En este sentido, es de vital importancia que el nivel de glucosa en sangre se mantenga en un rango de 60 a 120 mg/dl, con el fin de prevenir una falta de suministro al sistema nervioso.
La insulina es la principal hormona que regula los niveles de glucosa en sangre. Su función es controlar la velocidad a la que la glucosa se consume en las células del músculo, tejido graso e hígado.”
Todo esto, aplicado a la actividad física, nos viene a decir que las células del músculo tienen dos funciones primarias:
- Convertir la glucosa en la energía que necesita el músculo
- Servir como un depósito de proteína y glucógeno
Si producimos más insulina y no la “consumimos” automáticamente, el organismo se las reservará en forma de grasa para épocas de carencia. En cambio, en ausencia de insulina las células grasas segregan de forma pasiva la grasa almacenada tirando de esta para “alimentar al músculo”.
El índice glucémico (IG) nos indica aquellos alimentos (Tabla IG) que son de absorción rápida, y provocan por tanto mayor segregación de insulina, y los de lenta absorción, que distribuyen mejor esa segregación, acumulando así menos grasa.
“La glucosa es el estímulo más importante para la secreción de insulina”
Volviendo a la práctica deportiva, lo que se quiere explicar es que antes de una actividad deportiva prolongada será conveniente ingerir alimentos de IG bajo o medio para que nos aporte una energía constante y homogénea. Por el contrario, durante y después de la actividad es recomendable tomar alimentos de IG alto que nos ayuden a obtener energía rápidamente y reponernos del esfuerzo.
Un error habitual es el comer grandes cantidades de pasta, arroz… antes de alguna actividad deportiva, lo cual no hará otra cosa que provocar picos de insulina, con el consiguiente riesgo de la temida “pájara”. O como muchos deportistas populares, que consumen un plátano antes de ponerse a correr un 10.000m, algo que deberían hacer en pequeñas cantidades durante la prueba.
Saludos multideportistas y cuidadín con el IC 😉